Traducir

martes, 18 de septiembre de 2012

Things you lose



Estaba dormida tranquilamente y de repente me despierto y no oigo ningún ruido. Ninguno. Cero. Esto porque estoy tumbada de lado, con mi oído izquierdo pegado a la almohada y el derecho hacia el techo. Y al improviso recuerdo “claro, es que he perdido mi oído derecho con la operación”.

Enseguida me pongo a analizar esta frase y me digo que no es del todo cierta.

¿Es realmente “mi” oído derecho? ¿Desde cuando es mío? ¿Quién ha dicho que es mío? Siempre lo he creído, porque he nacido con el, siempre ha estado allí, me ha regalado años de alegría dejándome escuchar música fantástica, discursos, conversaciones… por esto siempre he dicho “mi” oído.

Realmente nada de nuestro cuerpo nos pertenece y muchas veces no podemos controlarlos. Son compañeros de viaje que teníamos al nacer y en cualquier momento, por cualquier razón, pueden dejar de acompañarnos.

¿Porque he dejado de considerar mías mi funcionalidades y extremidades? Pues para no deprimirme demasiado, porque algo tuyo se supone que puedes controlarlo y evitar que te lo quiten, mientras que algo que no te pertenece puede desaparecer en cualquier momento y no hay porque hacer un drama de ello. Aunque es difícil. Cuando has tenido algo por mucho tiempo, vivir sin el no es fácil. Recuerdas todo lo que hacías con el antes y miras tu vida ahora y la encuentras vacía.

Si, parece como si mi oído fuera mi novio y me hubiera dejado :D, estoy experimentando los mismos sentimientos de abandono.

No he podido acostumbrarme… me he dormido antes de la operación oyendo por los dos oídos y me he despertado con uno menos.

Y gracias a no se quien esta ha sido la única perdida que he experimentado. Podría haber ido mucho peor.

Me duele la perdida y por otro lado pienso que no es para tanto y estoy realmente contenta de cómo ha ido todo.

Por un lado me siento realmente infeliz porque no seré capaz de escuchar la voz de mis amores, ni la música que me encanta por los dos oídos y por otro lado pienso “bah, para lo que hay que oír…”.

Por otro lado, me siento realmente feliz porque estoy bien y solo ha pasado mes y medio de la operación. Aunque hay algo de miedo pensando al trozo de tumor que me han dejado dentro por estar en una posición complicada.

Supongo que, tal y como se ha cerrado la herida, esto también pasará. Aunque la cicatriz no se irá nunca del todo. O si. Veremos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario